Y al final de todos los Caminos de Europa la magia de Dugium, la vieja ciudad romana inundada por las aguas junto el bravo mar de Fisterra. Dugium, Duio, junto al Promontorio Nerio que llenó de angustia a Décimo Junio Bruto y sus legiones mientras despedían un sol que besaba las últimas aguas del mundo conocido. Dugium, la última frontera de occidente, con un rey designado por Lupa como el único capaz de permitir dar tierra a un apóstol que llegó por mar, al igual que todas las maravillas llegan a Galicia: San Andrés, el Santo Cristo de Fisterra, la Virgen de la Barca de Muxía, Santiago Bonaerges … todos llegaron por el misterioso mar del fin del mundo y Dugium, la ciudad olvidada, el gran puerto de Ártabro que duerme junto las ondas, mantiene la leyenda jacobea bajo capas de arena dorada.